Enigma K España - 1936
Las Enigmas K españolas ven (finalmente) la luz
Boletín Enigma nº 66 1 Marzo 2009
Ult. rev. 05-01-2023
Durante la Guerra Civil Española, las fuerzas nacionales recibieron un cierto número de máquinas de cifrado Enigma para proteger sus comunicaciones. Hay diversos indicios de esto, desde los testimonios del historiador Domingo Pastor Petit (quien ya en los años 70 afirmó haber visto algunas) hasta los archivos británicos, que muestran los esfuerzos que hicieron contra esas máquinas. Ver. p. ej. "Dilly Knox, maestro criptoanalista", en el Boletín ENIGMA nº 53. Menos claro queda hasta cuándo fueron usadas, si bien se barajan las fechas de los años cincuenta para su retirada. Desde entonces, desaparecieron. Nadie sabe dónde fueron a parar.
O casi. En el Museo de Historia Militar de Madrid (ahora en fase de traslado a Toledo), su sección sobre la División Azul mostraba una Enigma comercial, modelo K, número de serie A-1216. Según la documentación existente, fue remitida en 2003 por el Centro Nacional de Inteligencia. Un examen realizado por este que firma, gracias a un permiso de dicho museo, revela que sus rotores son los mismos que los del modelo comercial.
Sin embargo, y aunque no se conocen cifras concretas, se cree que Franco recibió entre 25 y 50 de tales máquinas. ¿Dónde se encuentran? La razón diría que, tras tantos años, fueron finalmente vendidas como chatarra. Sin embargo, personalmente tenía la ilusión de que permanecieran en alguna buhardilla perdida, durmiendo el sueño de los justos.
Así las cosas, en octubre de 2008 el diario El País nos sorprende con una grata noticia: las Enigmas han aparecido. Un artículo de Rafael Moreno Izquierdo, "El arma secreta de Franco" (disponible en http://www.elpais.com/articulo/espana/arma/secreta/Franco/elpepuesp/20081011elpepunac_5/Tes) desvela que un total de 16 máquinas Enigma, en buen estado de conservación, han aparecido en el Cuartel General del Ejército, en Madrid. Es un descubrimiento insólito, no sólo por su número (creo que ni el Museo Criptológico Nacional de EEUU tiene tantas) sino por que se daban ya por perdidas. Por supuesto, no pude estarme quieto, así que solicité un permiso para examinarlas, permiso que me fue concedido recientemente. Y allí que me fui.
La experiencia fue altamente gratificante en todos los aspectos. A despecho de todas las historias sobre militares celosos del secreto, la recepción que me esperaba no pudo ser más amable. Fui conducido a una sala de estar donde me esperaba un carrito con varias cajas de madera, que custodiaban el brigada Huertas y el Teniente Coronel Práxedes. Gracias a ambos, y a todos cuantos mostraron interés en mi trabajo.
En el Cuartel General del Ejército noté algo que ya había experimentado en el Museo Militar: curiosidad en alto grado. No solo los suboficiales que me "custodiaban" por turnos, sino casi todos los que pasaban por allí se paraban a mirar, algunos solamente observando, otros preguntando directamente. Ciertamente, una Enigma no es parte del equipo básico militar de hoy en día.
Una pega: llegué tarde. De las dieciséis máquinas Enigma, !solamente quedaban siete! Por lo visto, el Ministerio de Defensa ha adoptado la loable política de exhibir las máquinas, y las están repartiendo por todos los museos militares de España. Por desgracia, no se puede saber dónde, ya que el Instituto de Historia y Cultura Militar también está de mudanza.
En cualquier caso, siete máquinas Enigma seguían siendo un magnífico botín, así que me puse manos a la obra. Anteriormente, solamente fueron autorizadas a verlas otras dos personas. Una de ellas fue Rafael Moreno Izquierdo, el del artículo de El País. Y, un par de años antes, mi colega de fatigas José Ramón Soler recibió autorización para verlas (la Enigma que aparece en la contraportada de su "Soldados sin rostro" es una de ellas), pero bajo prohibición de revelar su paradero. Yo llegué un poco tarde, pero a cambio me han dejado abrirlas, examinarlas y fotografiarlas sin restricciones.
Las Enigma que, a fecha 6 de Febrero de 2009, quedan en el Cuartel General del Ejército son las K-204, K-205, K-289, K-356, K-693, A-1233 y A-1235. Tanto por fuera como por dentro, son prácticamente iguales, aunque cada una tiene sus particularidades. La A-1233, por ejemplo, todavía conserva el cable de conexión a la corriente, así como un letrero en parte exterior de la caja que dice "EMC [Estado Mayor Central] - E.M. - Ejército de Marruecos" También se encuentra allí la A-1235, que se cree estaba ubicada en el propio cuartel general de Franco, y la K-204, que cumplía similares funciones en un cuartel móvil ubicado en un tren, el denominado "Términus".
Los rotores de dos de ellas llevan marcada la leyenda "A1232-A1235, K203-208", lo que indica que pudieron formar parte de una remesa de diez máquinas. La K-356, que ostenta la marca "E.M. - Ejército de Marruecos - I", es una de las más peculiares. Todas las máquinas llevan un selector con diversas posiciones, para regular el uso de la batería; pero la K-356 es la única de las siete que la tiene en español (las demás están en alemán). Y no solamente eso, sino que tiene una plaquita que dice "Made in Germany" !escrito en inglés!
En general, las máquinas se encuentran en un excelente estado de conservación. Solamente habría que reseñar que algunas cajas han sido reforzadas con tornillos, y por supuesto que se notan los rasponazos y desgaste propios de su uso. A fin de cuentas, fueron usadas intensamente en una Guerra Civil. También los rotores se encuentran en buen estado. Con un multímetro digital intenté determinar el cableado de los rotores, pero la grasa impedía el buen contacto. El problema fue solucionado por un mando del Ejército que se apresuró a prestarme un bote de alcohol y un paquete de algodón. Mano de santo. Aún así, tuve problemas, y no pude examinar bien uno de los rotores. A pesar de eso, podemos extraer algunas conclusiones.
Un análisis de los rotores muestra que los correspondientes a la máquina K-356 son los estándar del modelo comercial. También el reflector comercial es el mismo que tienen las siete máquinas. Parece que no se atrevieron a recablear el reflector, pero no tuvieron tanto miedo con los demás rotores. En las seis máquinas restantes, los rotores I y II fueron recableados. Según la relación de rotores en la página Rotores: identificación de clase y cableado, no hay constancia de ninguna Enigma que haya usado dichos rotores, lo que indica que fueron recableados específicamente para España. En cuanto al rotor III, los hay de dos tipos. Uno de ellos, por desgracia, no lo pude determinar correctamente, pero los datos que tengo de ambos me indican que fueron asimismo recableados en España.
¿Quién los recableó y cuándo? Lo ignoro con detalle. Sin embargo, documentos procedentes de los archivos británicos y nortamericano indican que ya a comienzos de 1940 los agregados navales de las embajadas españolas en Berlín y Roma utilizaban los rotores de la Enigma comercial; por contra, los agregados militares de ambas legaciones utilizaron rotores recableados. Eso me indica que las máquinas Enigma recibidas por Franco fueron usadas tal cual por durante la Guerra Civil, pero que después de ello el Ejército recableó las suyas, en tanto que la Armada no lo hizo. Es decir, se trató de un trabajo interno, ya que haber sido un trabajo alemán imagino que se habrían molestado en recablear todas las Enigmas, ya fuesen militares o navales. Parece que, amigos o no, los militares españoles no se fiaban demasiado de los alemanes (Dios dijo hermanos, no primos).
Por qué la Armada española no cambió sus rotores es algo que ignoro. Durante la Guerra Civil, las armadas alemana, italiana y franquista acordaron comunicar sus respectivos Estados Mayores mediante máquinas Enigma. Estas eran probablemente del modelo comercial (Hitler no proporcionó Enigmas militares a los italianos, pero sí modelos comerciales). Es posible que, tras el final de la Guerra Civil, la Armada española quisiera seguir comunicándose con sus homólogos italianos (los alemanes usaban Enigmas especialmente reforzadas para su propia Armada). De ser así, su gozo en un pozo, ya que también los italianos recablearon sus máquinas. No se sabe si la Armada española se fiaba más de los alemanes que sus homólogos del Ejército, o si por el contrario éstos sabían más del tema y se curaron en salud. En cualquier caso, las Enigmas que guarda la Armada española podrían desvelar parte del enigma. Si alguien se pasa por allí, porfa, que se lleve un multímetro.
Cuando descubramos dónde fueron a parar las demás máquinas Enigma, quizá podamos ampliar nuestro conocimiento sobre qué máquinas fueron recableadas y cómo. Pero aún quedan muchas lagunas por llenar. La relación de máquinas guardadas por el Estado Mayor del Ejército (gracias, mi Teniente Coronel) cita 26 máquinas. Pero se echa en falta, por ejemplo, la K-206, que según Soler fue usada por la Séptima Región Militar. Tampoco aparece la K-206, que Soler cita como usada por el gabinete de cifra del Cuartel General del Generalísimo; ni la K-295 (usada por el Cuerpo de Ejército marroquí, y posiblemente también por la legación española en la Francia de Vichy); ni tampoco la K-202, usada en el Ministerio de Asuntos Exteriores. Mi propia lista da un total de 37 máquinas Enigma, y apuesto doble contra sencillo a que está incompleta. Imagino que más de una habrá sido retirada del servicio y destruida. Claro que, visto lo visto, no me sorprendería que aparecieran en otra buhardilla. A estas alturas, me lo creo todo.
Los lectores interesados en las características de los rotores anteriormente mencionados pueden consultar la información en la página Rotores: identificación de clase y cableado (Sparma01), así como algunas de las fotografías que se muestran abajo. Que os aproveche.
Imágenes en Museo del Ejército Madrid (Febrero de 2009) cortesía de Arturo Quirantes Sierra
Enigma K - A1216
15-11-2019 - Museo del Ejército - Toledo (España)
La máquina conserva de origen su caja de roble, los tres rotores (números I,II y III) y el reflector. Tiene las 26 bombillas reglamentarias y el panel adicional (filtro verde) que se usaba cuando el aparato se utilizaba a su máxima potencia.
El eslabón español en el descifrado del código Enigma
23 March 2012 - Por Gordon Corera - Corresponsal de seguridad, BBC News
Traducción al español del artículo publicado por BBC "The Spanish link in cracking the Enigma code"Un par de raras máquinas Enigma utilizadas en la Guerra Civil española han sido entregadas al jefe del GCHQ, la agencia británica de inteligencia en comunicaciones. Las máquinas, descubiertas recientemente en España, completan un capítulo perdido de la historia del descifrado de códigos británico, que allanó el camino a éxitos cruciales en la Segunda Guerra Mundial.
Una fila de altos mandos militares y de los servicios de inteligencia españoles permanecen erguidos en fila frente a una larga y elegante mesa en el Museo del Ejército del país, en Toledo. Frente a ellos hay dos modestas cajas de madera ligeramente maltratadas que son el objeto de la inusual reunión de alto nivel del día.
En su interior contienen una parte clave de la historia británica de descifrado de códigos.
Con las tapas abiertas, se puede ver el característico teclado en blanco y negro y los rotores de una máquina Enigma utilizada para cifrar las comunicaciones.
Las máquinas Enigma, desarrolladas originalmente en Alemania en la década de 1920, fueron los primeros dispositivos electromecánicos de cifrado y acabarían transmitiendo las comunicaciones militares del país durante la Segunda Guerra Mundial. El desciframiento de ese código en Bletchley Park desempeñaría un papel clave para acortar la guerra y salvar innumerables vidas.
La historia de cómo estas máquinas sobre la mesa en España ayudaron a allanar el camino para el histórico logro bélico británico es en gran parte desconocida.
Un suboficial encontró las máquinas casi por casualidad, hace sólo unos años, en una sala secreta del Ministerio de Defensa español en Madrid.
"Nadie entraba allí porque era muy secreto", cuenta Félix Sanz, director del servicio de inteligencia español.
"Y un día alguien dijo: 'Bueno, si es tan secreto, quizá haya algo secreto dentro'. Entraron y vieron una pequeña oficina donde se produjo toda la encriptación no sólo durante la guerra civil, sino en los años inmediatamente posteriores."
Dentro había unas dos docenas de máquinas Enigma históricas.
Cuando comenzó la Guerra Civil española en 1936, tanto la Alemania de Hitler como la Italia de Mussolini enviaron tropas para ayudar a los nacionalistas franquistas. Pero con el conflicto disperso por todo el país, se necesitaba algún medio de comunicación seguro para la Legión Cóndor alemana, los italianos y las fuerzas españolas de Franco. Como resultado, Alemania entregó un conjunto de máquinas Enigma comerciales modificadas.
Gran Bretaña había obtenido por primera vez una máquina Enigma comercial en 1927, simplemente comprando una al aire libre en Alemania. La máquina fue analizada y se redactó un informe de diagnóstico sobre su funcionamiento.
Una figura clave en el intento de comprenderla fue Dilly Knox, un clasicista que llevaba trabajando en el descifrado de claves desde la Primera Guerra Mundial.
Quedó fascinado por la máquina y empezó a estudiar la forma de descifrar un mensaje interceptado, llegando incluso a escribir sus propios mensajes, cifrarlos e intentar descifrarlos él mismo. Pero no hubo oportunidad de interceptar un mensaje real, ya que las señales militares alemanas eran inaudibles en Gran Bretaña.
Sin embargo, las señales producidas por las máquinas enviadas a España en 1936 eran lo suficientemente audibles como para ser interceptadas y Knox empezó a trabajar.
"Disponer de tráfico real fue un regalo del cielo para él", explica Tony, el historiador del GCHQ, que pide que sólo se utilice su nombre de pila. A los seis o siete meses de tener su primer código real que descifrar, Knox lo había conseguido, produciendo el primer descifrado de un mensaje Enigma en abril de 1937. Siguió descifrando más.
Las máquinas utilizadas en España eran versiones modificadas de la máquina Enigma comercial. La máquina militar que utilizaría Alemania durante la Segunda Guerra Mundial era un orden de magnitud más segura, ya que en la parte delantera llevaba un tablero de conexiones. Esto añadía una capa más de complejidad y la hacía ilegible al principio.
Aunque el tráfico Enigma militar más complejo no había sido interceptado en Gran Bretaña, los vecinos polacos sí podían oírlo.
Habían trabajado en intentos matemáticos de descifrar el código y, justo antes de que comenzara la Segunda Guerra Mundial, los franceses mediaron en reuniones en las que los polacos compartieron sus conocimientos con los descifradores británicos, entre ellos Dilly Knox.
Este sería un paso crucial en el camino que llevó a descifrar el código militar Enigma en Bletchley Park durante la guerra, y el flujo de la llamada inteligencia "Ultra" que produjo.
La experiencia en España fue un peldaño vital.
"Les dio las bases y les dio la confianza de que por muy complicado que fuera la Enigma militar alemana -y en particular la Enigma naval M3 y M4- era un problema resoluble", explica Tony, del GCHQ. "Era algo que no les derrotaría".
Cuando surgió la noticia del descubrimiento hace unos años, Tony se puso en contacto con sus homólogos españoles preguntando si sería posible obtener algunas de las máquinas, y tras un largo proceso se completó la entrega de estas dos. Una se conservará en el GCHQ y la otra en Bletchley Park, donde se expondrá al público.
El tráfico no es unidireccional. A cambio, el Reino Unido entregó una serie de objetos, entre ellos una máquina Enigma naval alemana de cuatro rotores recuperada en Flensburg en mayo de 1945, una caja de rotores Enigma y documentos relacionados. La idea es que todo ello sirva de base para una exposición sobre la fabricación y el descifrado de códigos en el Museo del Ejército español, donde tuvo lugar la ceremonia el jueves por la mañana.
El relativamente nuevo Museo del Ejército español se encuentra en el espectacular Alcázar de Toledo. Antaño fortaleza, fue destruida en gran parte en un famoso asedio durante la Guerra Civil española, antes de ser reconstruida por Franco. En el vestíbulo del museo, las capas de historia son evidentes, con muros que se remontan a la época romana y que se construyeron en el siglo XI y después hasta la actualidad.
El Alcázar fue destruido en la Guerra Civil
La relación entre el pasado y el presente fue uno de los temas destacados por Iain Lobban, del GCHQ. "La actualidad demuestra que la práctica de codificar y descifrar códigos tiene algo de intemporal", afirma.
La aparición de la máquina Enigma marcó el inicio de la era electromecánica en el cifrado de las comunicaciones. Antes, los cifrados manuales podían descifrarse con lápiz y papel, pero con Enigma se necesitaron los primeros ordenadores.
Esa situación, sostiene Lobban, es análoga a la de la era moderna, con la llegada de Internet y la tecnología digital, que, al igual que en los años 30 y 40, requiere una combinación de asociaciones, tecnología punta y habilidades humanas del tipo que encarnaba Dilly Knox.
"El ordenador e Internet se han combinado para plantear nuevos retos en materia de inteligencia y seguridad que exigen cambios transformadores en nuestras organizaciones si queremos seguir teniendo tanto éxito en el siglo XXI como lo tuvimos en el XX. Debemos convertirnos en organizaciones profundamente tecnológicas", dijo al público español al aceptar las dos máquinas.
El énfasis en la importancia de trabajar con aliados -como demostró la cooperación británica con Polonia en 1939- también fue subrayado por los españoles.
"En el mundo actual es imposible trabajar solo", afirmó Sanz.
"Hacen falta amigos y aliados. Yo llamo a la puerta de la inteligencia británica -las tres agencias- tantas veces como lo necesito y siempre obtengo respuesta. Y espero que en las ocasiones en que los servicios británicos llamen a mi puerta, cuando salgan de mi casa lo hagan con la sensación de que también han sido ayudados."
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Vídeos
Las máquinas Enigma fueron muy empleadas en el siglo XX para cifrar y descifrar mensajes, siendo muy famosas las de la Segunda Guerra Mundial. En este vídeo vamos a ver una que se adoptó en nuestro país durante la Guerra Civil.
Agradecimientos: Museo de la Ciencia de Valladolid
Referencia: http://www.muyhistoria.es/contemporaneaLa máquina Enigma, el sistema de cifrado que puso en jaque a Europa
En 1936, Hitler le vendió a Franco un lote de máquinas Enigma
Referencia: https://hipertextual.com...
El historiador y periodista Jesús Hernández muestra el funcionamiento de la máquina alemana Enigma que se encuentra en el Cuartel del Bruch (Barcelona).
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