CRIPTOGRAFÍA HISTÓRICA - "Aceite de serpiente", estilo años 30

Boletín Enigma nº 12 25 Marzo 2003

Ult. rev. 06-01-2023

 

En el criptomundillo, se suele denominar "aceite de serpiente" (snake oil) a los productos de cifrado que se basan en exageraciones, afirmaciones no probadas, cháchara técnica indescifrable y publicidad liante diversa. La empresa Kryha, que fabricaba máquinas de cifra en los años treinta, fue un buen ejemplo. Los éxitos de marketing y su excelente cartera de clientes no ocultaba el hecho de que la Kryha era un máquina débil, tanto que el criptógrafo americano Friedman descifró un mensaje protegido con una Kryha en menos de tres horas.

Con eso en mente, disfrutemos de un perfecto ejemplo de aceite de serpiente a la española. A finales de 1931, la Embajada española en Berlín recibió la orden de explorar la posibilidad de comprar una máquina de cifra para el Ministerio de Estado (actual Exteriores). La respuesta del embajador -que tenía información de otras máquinas, como la mítica y mucho más segura Enigma- no tiene desperdicio:

"Excmo Señor [Ministro de Estado]:

En cumplimiento a lo dispuesto en la Orden número 323, de fecha 20 de los corrientes [Nota: la fecha correcta es día 10], en la que se solicitan datos sobre la máquina de cifrar "Kryha", tengo la honra de poner en conocimiento de V.E. que se ha estudiado con todo detenimiento el funcionamiento de la misma, sus características y detalles inherentes a la misma.

Resulta de este estudio, que la máquina parece tener ventajas extraordinarias sobre el método de claves de los sistemas actualmente en uso en el Ministerio de Estado, en cuanto se refiere al secreto de la misma.

En los prospectos, estudios y opiniones sobre la "Kryha", que me honro en elevar adjunto a manos de V.E., podrá V.E. apreciar lo complicadísimo del sistema de pasar de letra efectiva a letra muerta y a su vez de la vuelta a la letra efectiva. En cuanto al secreto parece sería sumamente conveniente el uso de estas máquinas.  Su manejo, que en el primer momento parece complicado, es sencillísimo. La rapidez y economía serán siempre menores que si se emplea un sistema de diccionario, pero si se decidiera el uso de estas máquinas de cifrar, habría de emplearse, como complemento, un sistema de clave, como son las claves comerciales, lo cual reduciría notabilísimamente el costo de los telegramas oficiales, y hasta podía hacer más rápido el trabajo de cifra y descifre, de lo que lo es en la actualidad.

El costo sería mucho más reducido que el expresado en precios de catálogo. El Agente General ha dicho que si el pedido fuera grande, se podría hacer una reducción de precios que haría que el costo por máquina fuera de entre 600 y 700 Reichemark.

Este aparato se usa por todas las autoridades alemanas, -diplomáticas, militares, de policía, interior, etc.-) las que en un momento dado se pueden comunicar entre sí con una de las casi infinitas combinaciones que hay en estas máquinas. También cuanta Comisión va al extranjero, lleva este aparato, siempre todos en combinación con claves. Aunque la casa guarda el secreto de las máquinas que vende, he podido saber que Polonia adquirió unas 800 y Francia varios miles de ellas.

Mi opinión, así como la del Ministro Consejero Señor Dupuy de Lôme y la del Consejero Comercial Señor Marrades, que han hecho las experiencias, es francamente favorable al uso de estas máquinas, siempre que se enlace con un sistema de claves para el ahorro de trabajo y precio de transmisión, y un sistema de cifras de diccionario para aumentar el secreto.

Berlín, 20 de Noviembre de 1931
El Embajador de España"


 




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