Los siete de Camazón
Boletín Enigma nº 8 2 Diciembre 2002
Ult. rev. 06-01-2023
EDITORIAL
Otro mes, otro boletín. Parece que este boletín se va afianzando en el tiempo. Más de ciento cincuenta suscriptores, en diversos países del mundo, me indican que este proyecto irá para largo. Gracias a todos por vuestro interés.
Este boletín va a ser algo diferente de los demás. En primer lugar, va a ser más breve. Este mes he tenido cierto número de actividades extraordinarias (tanto laborales como familiares) que han limitado mi tiempo disponible para redactar noticias. Y prefiero no abusar del copy+paste, así que prefiero incluir poco que rellenar a lo loco.
En segundo lugar, este número va a centrarse más en campos de criptografía histórica. Quiero ir potenciando este boletín como publicación de criptografía histórica, y en este sentido creo que mis lectores quedarán complacidos. Abriremos con una historia fascinante, tanto por lo que se sabe como por lo que se ignora: las aventuras de un grupito de criptoanalistas españoles que, huyendo del fuego de la Guerra Civil Española, cayeron en las brasas de la Segunda Guerra Mundial. En segundo lugar, vamos a dar carpetazo -de momento- a las explicaciones sobre el uso y funcionamiento de la máquina Enigma.
Léanse este número bien, porque el mes que viene comenzaremos a hacer de criptoanalistas. Y os aseguro que lo mejor está por llegar. Si de algo vamos a tener aquí a raudales, será calidad e interés.
!Ah! Casi se me olvida. Al final del artículo sobre Camazón, se incluye un enlace a una fotografía. Con ella abro mi "Museo Camazón", una nueva sección del Taller de Criptografía dedicada a enlaces, fotos y documentos sobre criptografía histórica. Colaborad con la nueva sección enviando información de interés... o tendré que castigaros con mi carrete de fotos de Bletchley Park.
Nos vemos en el Museo:
http://www.ugr.es/~aquiran/cripto/enigma.htm
Los siete de Camazón
En los últimos años ha aparecido una gran cantidad de información sobre los esfuerzos aliados en el criptoanálisis durante la Segunda Guerra Mundial. Sabemos cómo los polacos dominaron la Enigma alemana, cómo los ingleses construyeron el primer ordenador criptoanalítico de la historia, la forma en que diversas batallas debieron su resultado a Ultra, el sistema de diseminación de la información descifrada al enemigo. Como contraste, la información conocida sobre el criptoanálisis español es casi nula. Los documentos que desvelarían los criptosecretos españoles están clasificados como secretos, o bien esparcidos por mil y un archivos.
En el boletín Enigma intentaré ir aclarando algunos secretillos de los que tuvieron lugar en España. Pero hoy vamos a comenzar saliéndonos de nuestras fronteras. Vamos a hablar de un episodio apenas conocido, que incluso hoy día es más leyenda urbana que realidad histórica. La información que se conoce al respecto es muy escasa, así que el lector me disculpará si este artículo parece sugerir más que lo que afirma. Nos movemos entre las espesas capas de niebla de la Historia. Me refiero a la vida y milagros de un grupo de criptógrafos republicanos a los que apodaré "los siete de Camazón".
Situémonos a comienzos de 1939, en la Cataluña vencida. Miles de personas se dirigen hacia la frontera, huyendo de las victoriosas tropas de Franco. Entre los refugiados se hallaba un grupo de cinco criptoanalistas republicanos que trabajaron en Barcelona atacando códigos y claves nacionales. Desconocemos de qué forma, pero el caso es que fueron encontrados en uno de los campos de refugiados del suroeste de Francia por Gustave Bertrand, a la sazón jefe del servicio criptoanalítico francés.
Se ignora la fecha exacta, pero el hecho es que ya en Julio de 1939 (es decir, antes del estallido de la Segunda Guerra Mundial) los cinco españoles trabajaban en la ruptura de cifras italianas y alemana, aunque no hay indicios de que trabajasen en Enigma. Posteriormente se les unieron dos comisarios políticos republicanos españoles. Todos ellos fueron enrolados oficialmente en la Legión Francesa, se supone que bajo nombre falso, con el beneplácito del propio General Gamelin, Jefe de la Defensa Nacional.
Hacia Octubre de 1939 el grupo de siete españoles, liderados por un hombre del que solamente conocemos su apellido (Camazón), integraban el denominado "Equipo D" en la estación de captación y criptoanálisis conocida como "puesto Bruno". Estaban en buena compañía. Los mismísimos polacos que realizaron la ruptura de la Enigma Militar (Rejewski, Zygalski y Rozycki) formaban parte de un grupo de quince criptoanalistas polacos exiliados, conocidos allí como "Equipo Z" El puesto Bruno se completaba con unos cincuenta franceses. Bruno se encontraba en el castillo de Vignolles, una villa cercana al pueblo de Gretz-Armainvilliers, a 40 km. al noreste de París.
Cuando los alemanes reventaron el dispositivo aliado de defensa en el norte de Francia, los integrantes del puesto Bruno hubieron de hacer las maletas. El 14 de Junio de 1940, día en que cayó París, Bruno dejó de existir. Podemos imaginar la angustia de nuestros compatriotas cuando, una vez más, se veían obligados a salir corriendo para huir de las tropas fascistas que les pisaban los talones. Pero diez días después, y tras una huída que los llevaría hasta Toulouse, los polacos y españoles fueron evacuados a África del Norte, concretamente a Orán, de ahí pasaron a Villa Kouba (cerca de Argel), y finalmente pudieron volver a la Francia no ocupada.
¿Creen que nuestros criptoanalistas sin fronteras se decidieron a tirar la toalla? Tiene razón, no lo hicieron. En unión de sus compañeros polacos, dirigidos por el incombustible Bertrand, se instalaron en Uzés, una ciudad cercana a Nimes. Los franceses habían sido desmovilizados, pero de todos modos un nuevo grupo de criptoanalista galos se les unió. En octubre de 1940, todos volvieron al trabajo en el puesto clave que ahora se denominaba Cadix. ¿Acaso uno de los siete españoles era gaditano y acabó bautizando el nuevo puesto de escucha? Quién sabe.
El eufemismo de "Francia no ocupada" no debe hacernos creer que su trabajo era plácido y sin riesgos. En cualquier momento podían verse detenidos por las autoridades proalemanas, o por los propios alemanes si éstos decidían cruzar la frontera interfrancesa. Esto ocurrió finalmente a finales de 1942, cuando tras la invasión aliada del Norte de África, Hitler decidió ocupar el resto del territorio francés. Nuevamente era hora de hacer las maletas.
Apenas se dio la primera alerta, el Equipo D español voló de nuevo hacia África del Norte. Los polacos tuvieron peor suerte. Tuvieron que abrirse camino hasta España; en el camino, algunos fueron capturados por la Gestapo, otros lograron cruzar los Pirineos y, tras unos meses de encierro en campos españoles, consiguieron llegar hasta Inglaterra.
¿Qué pasó con los españoles a continuación? Desprovistos de los apoyos de Bertrand y su grupo, su suerte es incierta. Ninguno de los libros escritos sobre el tema indican nada. Tampoco han tenido éxito mis pesquisas en los archivos británicos. Por supuesto, el tema no está cerrado. En algún lugar, los documentos de algún archivo guardan las pistas sobre su paradero. Lo único que sabemos es que, el 6 de Noviembre de 1942, siete españoles confundidos y temerosos bajaban de un avión en algún lugar del África de Norte francesa, con poco más que un incierto futuro por delante.
A la espera de que nuevos documentos nos indiquen qué fue de ellos, solamente podemos conjeturar. Pero espero que su historia sea desvelada y contada algún día. Después de todo, se lo debemos. Y es una lástima que de ellos sepamos tan poco. No conocemos más que el apellido de su jefe, el hecho de que trabajaron en Barcelona... y una foto en blanco y negro. En el libro de Kozaczuk "Enigma" aparece una fotografía titulada "criptólogos españoles y polacos en Cadix" De los nueve hombres que aparecen, cinco están identificados como polacos. Eso significa que los otros cuatro son parte de los siete integrantes del Equipo D. ¿Quién de ellos serán Camazón?
Es lamentable que ni siquiera conozcamos su nombre. Aunque quién sabe. Lo que voy a contar ahora puede que no tenga nada que ver, pero ahí va por lo que pueda valer. En el Archivo de la Fundación Universitaria Española existen diversos documentos relativos a la II República Española en el exilio, que por desgracia no he tenido la oportunidad de consultar todavía. Uno de ellos, fechado entre 1954 y 1960, aparece con diversos descriptores onomásticos en el sistema de búsqueda del Ministerio de Cultura (www.mcu.es, sección Archivos). Entre dichos descriptores figura el nombre de Faustino A. Camazón, Presidente del Consejo Nacional del cuerpo de Seguridad de la República Española. Lo más probable es que sean mis ganas de asociar un nombre a esta extraordinaria historia. Pero como he dicho antes, ¿quién sabe? ...
APÉNDICE: Fotografía (218 kB) disponible en el Museo Camazón: http://www.ugr.es/~aquiran/cripto/museo/campol1.jpg
Criptoanalistas polacos y españoles en Cadix (Sur de Francia, 1942).
De izquierda a derecha:
1 - Marian Rejewski
2 - Edward Fokczynski
3 - Español no identificado
4 - Henryk Zygalski
5 - Español no identificado
6 - Jerzy Rozycki
7 - Antonio Camazón
8 - Antoni Palluth
9 - Español no identificadoAntonio Camazón Valentín un criptógrafo republicano que trabajó durante la Guerra Civil Española, y después en Francia, ayudando a descifrar claves enemigas. Con su memoria, honramos a todos aquellos hombres y mujeres que colaboraron al esfuerzo de guerra -de cualquier guerra- en el campo de la criptografía y el criptoanálisis.
Fotografía de Antonio Camazón, 1953.
Gracias a Matilde Cantín Luna y los demás cuidadores de la "Biblioteca del Espía" por conseguir la autorización para publicar esta foto de nuestro criptógrafo favorito. Fue tomada en Hendaya el 30 de noviembre de 1953.
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